-Hola ¿Cómo te llamas?
-Me llamó Inés.
-Yo soy un chico estúpido, depresivo, follo mal y no creo en el amor.
-¿¡Qué!?!
-Lo de estúpido es obvio, ¿quién intentaría ligar con una chica de esta manera? Y claro, eso me lleva a un depresión crónica.
-¿Tu estupidez o no ligar?
-Ambas cosas, ademas cuando las logro evitar topo con mi siguiente defecto; follo mal, no sé ni desnudar a una chica, tengo problemas hasta con las minifaldas, en serio; no recuerdo haber desabrochado un sujetador por mis propios medios jamás.
-¿Y también la tienes pequeña?
-La naturaleza no es tan cruel como tú, Inés, pero no tengo mucho talento para los besos y caricias. Aunque ese es casi mi último defecto.
-¿Casi el último?
-Ya te lo he dicho, no creo en el amor, cuando acaba el sexo me voy sin dar una sola caricia de más.
-Parece que las llevas contadas!
-Por si todo esta fuera poco me queda otro defectillo, este es mi mejor truco de ligue y soy un jodido mentiroso.
-¿Y ahora es cuándo tengo que comprobar por mi que parte es mentira y cual verdad?
-Puedes intentarlo, pero no te prometo decir la verdad.
-No hace falta, yo soy una chica lista. Este rollo no lo soltaría alguien estúpido. Tienes los ojos brillantes y no has dejado de sonreír, no eres depresivo. Y tus labios son bonitos, seguro que besas mejor de lo que dices, mentiroso.