Él odiaba viajar, se comparaba con Kant que nunca salió de su pequeña parte del mundo, pero la verdad es que su deseo de no viajar nació para consolar a su madre que nunca pudo llevarle de vacaciones.
-Mamá da igual, no me gusta la playa, ni viajar.
Ella era distinta, tuvo otra infancia, necesita moverse para sentirse viva, y le intentaba convencer de que ya no estaba frente a su madre consolándola.
-No seas tonto, ven conmigo; tienes que ver ese atardecer con colores calidoscópicos, tocar esas piedras milenarias, oler aquel bosque, sentir el frió seco del ártico...
Y llegaron a un acuerdo; ella le enviara fotografías de cada lugar y él escribirá una historia para poder sentirla juntos.
"Recuerdo aquella cala perdida del Mediterráneo donde nos conocimos siendo casi niños aún, y el barco abandonado de Biarritz donde nos dimos nuestro primer beso al año siguiente, si cierro los ojos puedo sentir la salada dulzura de tu saliva mezclada con mar.
¿Recuerdas pequeño café junto a La Sorbonne donde nos encontramos tanto tiempo después?
Sigo recorriendo el mapa de Europa dibujando nuestro viaje y pensando en nuestros mil besos en mil lugares.
El olor a pan recién hecho siempre me lleva de nuevo a nuestra cabaña en los Cárpatos y nos veo preparando el desayuno.
Odio los edificios altos y Nueva York. Odio el destino que te llevo allí en tu luna de miel, no sé si odiarme, odiarte o odiarnos por lo que hicimos y lo que no hicimos.
Y ahora en otra playa de arena blanca mi pequeña Pietá y tu hijo juegan juntos y me susurras.
-Parecen hermanos, Dani tiene tus ojos y tu nombre.
-Piedad es lo que grito cada vez que nos encontramos y cada vez que te vas."
Cargado originalmente por J o r
-Mamá da igual, no me gusta la playa, ni viajar.
Ella era distinta, tuvo otra infancia, necesita moverse para sentirse viva, y le intentaba convencer de que ya no estaba frente a su madre consolándola.
-No seas tonto, ven conmigo; tienes que ver ese atardecer con colores calidoscópicos, tocar esas piedras milenarias, oler aquel bosque, sentir el frió seco del ártico...
Y llegaron a un acuerdo; ella le enviara fotografías de cada lugar y él escribirá una historia para poder sentirla juntos.
"Recuerdo aquella cala perdida del Mediterráneo donde nos conocimos siendo casi niños aún, y el barco abandonado de Biarritz donde nos dimos nuestro primer beso al año siguiente, si cierro los ojos puedo sentir la salada dulzura de tu saliva mezclada con mar.
¿Recuerdas pequeño café junto a La Sorbonne donde nos encontramos tanto tiempo después?
Sigo recorriendo el mapa de Europa dibujando nuestro viaje y pensando en nuestros mil besos en mil lugares.
El olor a pan recién hecho siempre me lleva de nuevo a nuestra cabaña en los Cárpatos y nos veo preparando el desayuno.
Odio los edificios altos y Nueva York. Odio el destino que te llevo allí en tu luna de miel, no sé si odiarme, odiarte o odiarnos por lo que hicimos y lo que no hicimos.
Y ahora en otra playa de arena blanca mi pequeña Pietá y tu hijo juegan juntos y me susurras.
-Parecen hermanos, Dani tiene tus ojos y tu nombre.
-Piedad es lo que grito cada vez que nos encontramos y cada vez que te vas."
Para Lae por revisarlo.
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