Lo sé, mis ojos color café recalentado al microondas no merecen reflejarse en los tuyos negro abismo.

Tú también sabes que te adoro, te quiero y te deseo, por ese orden.
Que me muero de celos cada vez que hablas y sonríes a algún chico guapo aunque yo éste besando a otra en ese momento.

Ambos sabemos que los labios que busco siempre son los tuyos.


Desde hace semanas tengo una de esas agendas moleskine pero aún no la he puesto ni una letra. Sigo usando hojas perdidas, reversos de billetes de tren o avión y cuadernos de Otoño con casi todas las hojas arrancadas. Ahora todas esas notas duermen entre las hojas vírgenes de la moleskine.

No me atrevo a poner la primera letra pero sé que hablara de ti. Tengo la tentación de abrirla por la mitad y comenzar ahí mismo; sin ningún orden ni dirección, como siempre. Sin embargo, al tocar el papel olvido que decir, como cuando te veo y aún no te conozco ¿Por dónde debería empezar?