Para Claudia.
Creo que no tenía ni 10 años, era bastante de noche cuando volvía con Lobo de casa de nuestra tía y le vimos sentado en su portal con la cabeza apoyada en sus rodillas.
-¿Ese chico no va a tu clase? –Preguntó Lobo.
-Sí, creo que sí. Siempre está muy callado.
-Dile que se venga a cenar con nosotros, ¡corre!
Ese fue el primer día que cenó con nosotros, después se empezó a quedar a dormir otros muchos y así ha sido como hemos crecido siempre juntos.
Nunca le preguntamos nada, Lobo sabía que la madre de César había fallecido hace unos años y lo mejor de su padre era que pasaba borracho la mayor parte del día, yo fui dándome cuenta con el tiempo.
-¿Y si ese día no nos hubiéramos encontrado César?-Le pregunté ayer.
-Sí no es esa tarde habría sido la siguiente; estábamos destinados a ello, somos más que hermanos Lobito, ¡Somos Barrio!
Esto es el Barrio Claudia; no sé explicarlo mejor. Es hacer una familia de pedazos rotos, crear una manada de Lobos solitarios.
una historia emocionante!